jueves, 8 de noviembre de 2012

HEMOCULTIVOS CONTAMINADOS

El hemocultivo se presenta como una herramienta excepcional para el estudio microbiológico de las bacteriemias. Entre el 14 y el 25% de los enfermos hospitalizados tienen sospecha de bacteriemia y en un 14% de los casos el hemocultivo establece el diagnóstico, lo que repercute considerablemente en la curación de los pacientes al permitir la elección del tratamiento más adecuado.
La dificultad en la interpretación del hemocultivo estriba habitualmente en la contaminación con la flora normal de la piel, de ahí la importancia de una técnica de extracción lo más aséptica posible.
Hace unos días, escuché a una enfermera decir que habían llamado de laboratorio para decir que el 80% de los hemocultivos que se sacaban en la urgencia estaban contaminados por una mala realización de la técnica. Por eso, esta semana, he prestado especial atención  a cómo se han realizado los hemocultivos y he intentado buscar los errores más frecuentes para intentar evitarlos. He observado muchas maneras de realizarlos, pero voy a narrar y analizar una de las formas que me llamó la atención:
Eran las 10 de la mañana y había que realizar unos hemocultivos a una mujer con fiebre sin foco y con escalofríos para descartar la presencia de bacterias y otros microorganismos en la sangre. La enfermera ha sacado las primeras muestras de una vía canalizada hace unas horas. Se ha puesto unos guantes limpios, ha desechado 5 cc de sangre, ha cogido otra jeringa, ha sacado 10cc, ha colocado una aguja de cargar, ha quitado el tapón de los botes y ha introducido primeramente 5cc en el anaerobio y los 5cc restantes en el aerobio. A continuación, ha puesto compresor en el otro brazo, ha limpiado con clorhexidina alcohólica al 2% y gasas limpias, ha palpado la vena, ha puncionado seguidamente con una aguja intravenosa y jeringa, ha extraído 10 cc, ha cambiado la aguja por una de cargar, ha quitado el tapón de los botes y ha introducido primero 5cc en el anaerobio y 5cc en el aerobio.
El procedimiento, según el protocolo del HUFA se debe realizar de la siguiente manera:
1. Retirar el tapón del frasco de hemocultivo y desinfectarlo con el antiséptico. Dejar actuar durante 1 minuto.
2. Colocar el compresor.
3. Inspección y selección de la vena periférica, teniendo en cuenta que cada muestra debe obtenerse de lugares de punción diferentes.
4. Colocar los guantes estériles por parte de la DUE responsable de la venopunción y guantes desechables por parte de la AE.
5. Aplicar en la zona de punción gasas humedecidas con alcohol etílico 70º durante 30 segundos.
6. Desinfectar la zona con gasas estériles impregnadas con povidona yodada o clorhexidina desde el centro hacia la periferia realizando círculos concéntricos.
-          Povidona yodada al 10% (para obtener la máxima eficacia de este antiséptico dejar actuar durante dos minutos, o hasta que se seque).
-          Clorhexidina alcohólica 0,5% (para obtener la máxima eficacia de estos antisépticos hay que dejar actuar 30 segundos antes de la venopunción).
7. Realizar la venopunción:
-          Si se utiliza aguja y jeringa: extraemos 10ml de sangre de los cuales se introducirá 5ml de sangre en el frasco de anaerobios, evitando la entrada de aire, y luego 5ml en el de aerobios. Introducir inmediatamente la sangre en los frascos, para evitar contaminación ambiental.
-          Si para la punción se utiliza el sistema de trasvase con doble aguja (palomilla o vacutainer®), una vez canalizada esta, por el otro extremo se conecta directamente el bote de hemocultivo, introduciendo en este caso, primero aerobios y luego anaerobios.
8. Identificar y rotular los frascos con el número de extracción de la serie.
9. Agitar suavemente el contenido del frasco para mezclar la sangre con el medio de cultivo.
10.Identificar el frasco con una etiqueta del paciente. Esta no debe tapar el código de barras, para permitir la comprobación de ambos códigos .
11.Retirar el duplicado del código de barras de los frascos y pegarlo en la petición. Enviar a laboratorio.
12.Recoger el material utilizado y desechar.
13.Lavado higiénico de manos una vez finalizada la técnica.
Observaciones:
ü  No utilizar algodón, ni vendas, ni esparadrapo para tapar el frasco.
ü  Utilizar una nueva aguja en caso de fallo en la venopunción.
ü  No extraer la muestra de ninguna vía periférica o central ya canalizada. Excepciones: pacientes con port-a-cath, portadores de vías centrales. Se puede extraer una de las series aprovechando la canalización de una nueva vía, o la realización de gasometría arterial.
ü  La extracción de las series de hemocultivos se realizará de forma consecutiva.
ü   El volumen de la muestra debe ser suficiente para evitar falsos negativos.
ü  No se cambiará las agujas antes de introducir la sangre en los recipientes.

Comparando esto con  la técnica que ha realizado la enfermera, he detectado lo siguiente:
Fallo 1. No se debe extraer de la vía.
Fallo 2. Es una técnica estéril, siendo necesarios guantes y gasas estériles.
Fallo 3. Se debe esperar los 30 segundos para que la Clorhexidina actúe.
Fallo 4. No se debe palpar de nuevo la vena tras la desinfección porque contaminamos la piel.
Fallo 5. Los botes deben desinfectarse antes de introducir la muestra.
Fallo 6. No se debe cambiar la aguja de extracción por una de cargar. Y si se hace, al menos debemos purgarla antes de introducir la muestra en el bote anaerobio.
Fallo 7. No debemos llenar por sistema el anaerobio 1º y el aerobio 2º porque dependerá del material que utilicemos para la venopunción. Lo que debemos tener claro es que en el anaerobio NO debe pasar aire y en el aerobio no pasa nada si entra aire.
Como conclusión, decir que la carga de trabajo y la falta de tiempo no pueden ser excusas para realizar técnicas de forma incorrecta, y que aunque algunas veces vemos técnicas que chocan con la “técnica ideal” que aprendemos en la universidad, no nos debe servir para acomodarnos a la mala praxis sino para identificar lo que NO QUEREMOS HACER cuando seamos profesionales de enfermería.
Debemos convertirnos en profesionales competentes e íntegros haciendo nuestro trabajo de forma excelente, mejorando la calidad del cuidado, perfeccionando las prácticas cotidianas, homogeneizando el conocimiento, estableciendo una metodología de trabajo, mejorando los registros clínicos, trabajando con un enfoque holístico del paciente, siendo responsables, honestos y atentos.
La Enfermería es un llamado superior, un llamado honorable... El honor radica en el amor por la perfección, la consistencia y en el trabajo duro para conseguirla...".                                                          
Florence Nightingale

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